Auscencia, muchos años después.
La señoras matinales, cuyas costumbres no cambiaron, ya sacan sus sillas a la vereda para desayunar, la pava con el mate, algunas con termos de aluminio de esos que son caros, pero mantienen mucho el calor y poseen un pico hermético que chorrea para todas partes y se rompe con facilidad.
El Dr. Hudson, jubilado ya de su psicoanalítica profesión camina meditabundo la vuelta del kiosco, donde cada mañana compra un atado de parisinos que según le dijeron no existen en París.
Comenzó a fumar cuando Antiño dejó de ir a su consultorio "porque ya aprendí su profesión"segun le dijo. Amadeo Hudson sólo fuma ésta marca, que es la que solía fumar Antiño.
En su cabeza incesante resuena el eco de la conversación con un extraño sujeto que la noche anterior apareció en su casa, preguntando sobre el pasado.
El sujeto dijo llamarse Sauce Del Otoño, porque fue encontrado un mes después de su nacimiento en un arbol como el que le da su nombre, por el florista Rubén del Otoño.
Hudson, en su amplia experiencia humana, reconoció algunos gestos de posible deformación de la verdad en las palabras del joven Sauce.
Sauce: ¿y de Antiño? ¿que sabe?
Hudson: Lo último que supe fue que se subió a un barco.
S: hacia donde?
H: no se sabe.
S: ¿y Piporé?
H: ¿y ud cómo los conoce?
S: por historias... y bueno... le confieso algo, sueño con ellos..
H: ¿ah si? (definitivamente tiene un problema este muchacho)
S: si, casi todas las noches me dicen algo, piporé o antiño, una frase, suelta, abrstacta.. casi sin sentido..
H: de Piporé lo último que supe es que se subia a un avión.
S: tampoco no sabe a dónde ¿no?
H: A Francia.
El joven automáticamente agradeció, saludó y se fue.
Amadeo Hudson se sienta en el escalon del zaguán, prende un cigarrillo y piensa:
"Bienvenido a mi mente, joven Sauce Del Otoño"
El Dr. Hudson, jubilado ya de su psicoanalítica profesión camina meditabundo la vuelta del kiosco, donde cada mañana compra un atado de parisinos que según le dijeron no existen en París.
Comenzó a fumar cuando Antiño dejó de ir a su consultorio "porque ya aprendí su profesión"segun le dijo. Amadeo Hudson sólo fuma ésta marca, que es la que solía fumar Antiño.
En su cabeza incesante resuena el eco de la conversación con un extraño sujeto que la noche anterior apareció en su casa, preguntando sobre el pasado.
El sujeto dijo llamarse Sauce Del Otoño, porque fue encontrado un mes después de su nacimiento en un arbol como el que le da su nombre, por el florista Rubén del Otoño.
Hudson, en su amplia experiencia humana, reconoció algunos gestos de posible deformación de la verdad en las palabras del joven Sauce.
Sauce: ¿y de Antiño? ¿que sabe?
Hudson: Lo último que supe fue que se subió a un barco.
S: hacia donde?
H: no se sabe.
S: ¿y Piporé?
H: ¿y ud cómo los conoce?
S: por historias... y bueno... le confieso algo, sueño con ellos..
H: ¿ah si? (definitivamente tiene un problema este muchacho)
S: si, casi todas las noches me dicen algo, piporé o antiño, una frase, suelta, abrstacta.. casi sin sentido..
H: de Piporé lo último que supe es que se subia a un avión.
S: tampoco no sabe a dónde ¿no?
H: A Francia.
El joven automáticamente agradeció, saludó y se fue.
Amadeo Hudson se sienta en el escalon del zaguán, prende un cigarrillo y piensa:
"Bienvenido a mi mente, joven Sauce Del Otoño"
Etiquetas: Auscencia, Pipore y Antiño., Sauce
4 comentarios:
Genial nene.
Bienvenidos a mi mente Los Paunero!
¿Sauce Llorón o Sauce Híbrido?. En serio...MUY BUENO!
Y lo que ingresa a nuestra mente de manera misteriosa,asì de misteriosamente decidimos si le damos alojamiento ò lo (em)botamos...
P.D.:Piporè en Francia?? Quièn lo hubiera dicho... Se complica imaginarlo anclado (?) en allì...
BESITOS PRIMAVERALES
muy bueno, sisi.
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