Rubén y Sauce del otoño y las plantas

El joven Sauce del Otoño vivió toda su vida con rubén del otoño.
a los 19 años emprende la busqueda de Pipóré y Antiño porque "se aparecen en sus sueños"

Ruben del Otoño, su padre adoptivo azaroso, o no, es el primer florista que no sólo utiliza la técnica de hablarle a las plantas, sino que ellas le hablan a él, minuciosamente toma nota de algunos de sus disrcursos, los que quieren que se hagan públicos, pero le insisten que firme con su nombre y apellido, ya que la humanidad al parecer aún no está lista para escuchar directamente la voz de las flores.

El temprano Sauce dice, el muy hablador, que a veces escucha susurrar las flores mas pequeñas y cree que es una cuestion génetica pero por ósmosis, ya que su padre no es su padre.

Rubén del Otoño es aclamado por muchos críticos y por opiniones que valen la pena. A pesar de su estilo particular, que no es de el, es de las flores.

Humano torpe

(fragmento de tango margarita)

"por tu amor, mi margarita

la primera que esculpí,

desarragiaste cada una de sus alas,

elucubrando tu deseo de abrazar..

que pedazo de gil!

humano torpe,

la deshojaste y ella pasaba!

imaginate si en cambio

la encarabas

y se la dabas,

sin desarmar."

...

es la vida

..

divertida, infernal, divertida,

celestial, aburrida, infernal,

divertida, triste, celestial,

divertida ,infernal

... dormir....

infernal, divertida,

celestial, consumida,

infernal, ofuscada, celestial

cobayista!

..

3 puntos falsos y ciertos.

1

-Sin tiempo, el tiempo no existe-

-Sin nada, la soledad es vacío.

2

La humanidad es un enfrentamiento de monólogos,

en la que nadie escucha sin pensar en el suyo.

3

creo en la individualidad, también estaría bien lograr olvidarse del propio

monólogo un rato para, tal vez, sorprenderse y sorprender.

Auscencia, muchos años después.

La señoras matinales, cuyas costumbres no cambiaron, ya sacan sus sillas a la vereda para desayunar, la pava con el mate, algunas con termos de aluminio de esos que son caros, pero mantienen mucho el calor y poseen un pico hermético que chorrea para todas partes y se rompe con facilidad.

El Dr. Hudson, jubilado ya de su psicoanalítica profesión camina meditabundo la vuelta del kiosco, donde cada mañana compra un atado de parisinos que según le dijeron no existen en París.
Comenzó a fumar cuando Antiño dejó de ir a su consultorio "porque ya aprendí su profesión"segun le dijo. Amadeo Hudson sólo fuma ésta marca, que es la que solía fumar Antiño.

En su cabeza incesante resuena el eco de la conversación con un extraño sujeto que la noche anterior apareció en su casa, preguntando sobre el pasado.

El sujeto dijo llamarse Sauce Del Otoño, porque fue encontrado un mes después de su nacimiento en un arbol como el que le da su nombre, por el florista Rubén del Otoño.

Hudson, en su amplia experiencia humana, reconoció algunos gestos de posible deformación de la verdad en las palabras del joven Sauce.

Sauce: ¿y de Antiño? ¿que sabe?
Hudson: Lo último que supe fue que se subió a un barco.
S: hacia donde?
H: no se sabe.
S: ¿y Piporé?
H: ¿y ud cómo los conoce?
S: por historias... y bueno... le confieso algo, sueño con ellos..
H: ¿ah si? (definitivamente tiene un problema este muchacho)
S: si, casi todas las noches me dicen algo, piporé o antiño, una frase, suelta, abrstacta.. casi sin sentido..
H: de Piporé lo último que supe es que se subia a un avión.
S: tampoco no sabe a dónde ¿no?
H: A Francia.


El joven automáticamente agradeció, saludó y se fue.

Amadeo Hudson se sienta en el escalon del zaguán, prende un cigarrillo y piensa:

"Bienvenido a mi mente, joven Sauce Del Otoño"

Un tipo normal..

Y SE FUE..

EL VIENTO, QUE ANDABA SIN PRISA, PASÓ Y LE SOPLO LA CARA